El Pueblo
EXTENSIÓN: 4,8 Km2 aprox.
DESCRIPCIÓN GENERAL: El Pueblo es, además de un barrio, el lugar que alberga la capital municipal. En él se localizan La Casa Consistorial, La Parroquia de San Blas, Centro de Salud, La Escuela Infantil, El Polideportivo, Los centros de Educación de Primaria y Secundaria y toda una serie de servicios, que si bien se ofrecen para el uso y disfrute de todos los vecinos del municipio se han centralizado en El Pueblo. Junto al pueblo existen dos pequeños barrios, Monte y El Poleal cuya vida cotidiana está muy ligada a El Pueblo por su cercanía. Teniendo en cuenta además, que los límites entre estos barrios son más bien políticos y no tanto físicos, hasta el punto de que son muchas las personas que no saben exactamente la localización de los mismos, y atendiendo a las similitudes entre estos tres lugares del municipio los tratamos conjuntamente en este capítulo.
El Pueblo, junto a los otros dos barrios, a pesar de suponer la capital municipal, sigue ofreciendo en la actualidad una visión bastante natural y rural a la vez. La cercanía del monte es patente si tenemos en cuenta que el mismo pueblo casi por completo la Montaña de Las Toscas y La del Estudiante. Precisamente esta es una de las principales características de El Pueblo, el hecho de estar ubicado en las faldas del cono volcánico de Las Toscas y estar casi rodeado de otros conos. Basta con echar un vistazo desde el aeropuerto hacia el monte para apreciar la gran cantidad de edificios volcánicos que se han formado en esta parte del municipio.
El patrimonio natural de esta zona es bastante importante. La masa forestal es significativa, siendo cada vez más escasos los aprovechamientos, por lo que la masa de monteverde y pinar es cada vez más amplia. Como ya hemos señalado esto puede ser interesante desde el punto de vista natural, pero culturalmente estamos perdiendo paisajes antaño muy presentes en nuestra vida cotidiana, como lo eran los cortes a matarrasa o las hornas de los carboneros, hoy simplemente testimoniales.
La parte alta del pueblo cuenta con una zona ganadera bastante explotada, si bien dista mucho de su época de máximo esplendor cuando nuestros montes estaban totalmente aprovechados. Hoy, aunque existe más ganado que en municipios vecinos, es cada vez menos numeroso. Esta zona de El Pueblo cuenta con suelos ricos por lo que no es de extrañar que abunden las pequeñas fincas de frutales y la presencia de papas. No cabe duda que a ello beneficia la benevolencia climática, ya que la frescura del alisio permite cultivar aquí especies de secano que serían impensables en otras latitudes dentro del mismo municipio. En las cotas bajas y en Monte y El Poleal, sin embargo, el cultivo más presente es el viñedo, que una vez más se asienta sobre el sustrato empedrado que imposibilita la presencia de otros cultivos.
Ser la capital municipal ha propiciado que se desarrolle allí un crecimiento urbano más extenso que en otras partes del municipio. Así la imagen del pueblo es bastante compacta, aunque seguimos con la particularidad de combinar dentro del propio casco urbano huertas de cultivo junto a viviendas y edificios.
Existen algunos inmuebles en el casco urbano que por su importancia y belleza merecen ser resaltados. En primer lugar destacamos la Parroquia de San Blas, cuyo edificio actual de tres naves parece ser heredero del original levantado a finales del siglo XV (Velazquez Ramos, 1999), con seguridad mucho más austero. Su localización al final de la calle empedrada (Calzadas) es quizás una de las imágenes más singulares de nuestro paisaje urbano. No menos interés tiene la casa parroquial junto al templo cuya arquitectura tradicional de finales del siglo XVIII, conjuga a la perfección con él mismo. Merecen ser destacados los inmuebles ubicados en la Plaza Pedro Pérez Díaz. El edificio del Ayuntamiento actual fue proyectado por el arquitecto Pelayo López y Martín Romero y comenzó a edificarse en 1928, para ser inaugurado en 1930. En 1948 el edificio original se amplía, construyéndose la parte del Juzgado Municipal, bajo la dirección de Tomás Machado. El conjunto arquitectónico de la plaza se complementa con la vivienda de Alonso Pérez Díaz. Este edificio denota claramente la posición social de sus propietarios originarios, formando hoy en día parte de las dependencias municipales. Se trata de un edificio que combina elementos de una casa urbana y a la vez rural con elementos de gusto neoclásico, inspirados probablemente en otros edificios de la capital insular.
El conjunto arquitectónico más destacado del municipio lo constituye la casa de Leopoldo Pérez Díaz, “La Casa Roja”, que hoy alberga el museo del Corpus y el Bordado. Se trata, como resalta Velazquez Ramos en la Historia General de Villa de Mazo, del edificio más significativo de la arquitectura doméstica del municipio y una parte fundamental de nuestro paisaje urbano. Es una mansión edificada con la clara intención de evidenciar el estatus social de sus dueños, cuya volumetría y distribución (a pesar de las reformas sufridas en el pasado) son de gran belleza plástica, siendo uno de los inmuebles más destacados de todo el municipio.
Son muchos los vecinos que han elegido vivir en esta zona del municipio, por lo que la dispersión de viviendas unifamiliares es bastante acusada en estos barrios. Se combinan las viviendas de marcado carácter tradicional con nuevas edificaciones más volumétricas. Una pauta común, al igual que ocurre en casi cualquier zona del municipio, junto a las viviendas existen pequeños huertos que albergan cultivos para el autoconsumo, pues por fortuna sigue arraigado en nuestra cultura el cultivo del campo, sin embargo, el abandono de aquellos terrenos no cercanos a las viviendas es cada vez más alarmante con el consiguiente peligro para la población por la proliferación de maleza entre las viviendas.